martes, 17 de julio de 2012

Momento de debilidad II

Me desvisto. Un pien la bañera. La ducha ya estaba abierta. Falta una semana pero ya pienso en el reencuentro. Cómo va a ser. En general, pongo mucha espectativa. Una sorpresa, alguien inesperado, un súper evento, una súper propuesta, buenas noticias, alguna invitación para el futuro.La espuma se desliza despacio, resbala por el pecho, la panza y cae con un extraño ruido contra el agua que se acumula en la bañera, un chapoteo desagradable, nada suave en comparación a su textura.
Como si aquel ruido fuera un detonador, y me cabeza una bomba, todo un llanto estalla... pero interno, porque no caen lágrimas por la cara, sólo el agua dulce de la flor.
Para qué el reencuentro. Para qué si no pienso en ellos y ellas. No me cambia la vida verlos o no verlas. Con quien me interesa cada tanto me pongo en contacto y nos ENcontramos no hay RE's.
Pienso, pienso en que contarán sobre sus parejas desconocidas por mi, sus trabajos que para nada me interesan, estduios que no me llaman la atención, fiestas plagadas de límites, controles y prejuicios con azañas dignas de una monja de claustro. El tedio.
Las protagonistas ellas, siempre ellas. Porque aunque haga más tiempo que no lo vemos a él, ellas siempre tendrán más para contar y él más para callar y pasar por encima sin profundizar, como quien toma una pastilla, la pone en su lengua y la pasa, sin siquiera sentir el sabor, porque todo el mundo sabe que no hay algo más amargo. Pero no lo pasa con agua, lo pasa con alcohol. Todos las pasamos con alcohol. Menos ellas. Ellas, mastican la pastilla, hacen la cara de asco y piden azúcar para endulzar el trago, y después toman el alcohol para desinfectar heridas inexistentes solamente para no quedar diferentes. Diferentes al resto. Con una sonrisa cuando todo está por acabar pronuncian las palabras "mágicas", politicamente correctas y educadas "¿Y vos? ¿Qué es de tu vida?". Preparados, listos...¡YA! "Mirá, desde que corté que la paso bien pero a veces extraño, viste, y el laburo una mierda inestable como siempre pero últimamente laburo más lo cual es bueno porque me pagan más, y ah, acepté y abracé cada una de mis perversiones, pero eso te lo imaginabas, ¿no? y la verdad que no sé para qué vine porque casi ni hablé, y con todas las veces que nos dejó colgado él tendría que haberme puesto la etiqueta de la forrada y plantarlo, pero ya sabés, soy una gran persona con un increible sentido de la amistad.... Es decir, la persona más pelotuda del mundo".
Cierro la ducha. Me seco. Igual voy a ir al reencuentro.

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